jueves, 16 de mayo de 2013

Amsterdam, Países Bajos.

La libertad de Amsterdam.


Si por algo es famosa la capital holandesa es por su libertad, el consumo de drogas de forma legal, la prostitutas en los escaparates, la fiesta... Pero Amsterdam es mucho más que eso. La ciudad de los canales tiene mucho que mostrar.

En el centro.

Cumpliendo con el tópico holandés de las vistosas plantas, en pleno centro de Amsterdam podemos gozar del mercado de las flores, siendo el protagonista el tulipán. Adorna todas las esquinas, todas las calles, todas las rotondas de la ciudad. El souvenir por excelencia es el bulbo de esta planta para plantarlos en casa.

Recorriendo estas calles abarrotadas terminados por desembocar en la Dom Platz (la plaza mayor de la capital). La catedral, de estilo neogótico, domina la plaza, pero esta está rodeada de los edificios más ostentosos y de mayor tamaño. De noche, los focos que iluminan la zona la llenan de encanto. Si salimos de esta plaza hacia la estación central, empezamos a ver los canales, artificiales, que caracterizan Amsterdam. En este calle empezamos a ver algunos otros tópicos de aquí, como el Museo del Sexo.

Museo tras museo.

Los museos son otro fuerte de la ciudad.
· El Rijks Museum, el más famoso de la ciudad, fue el último acto social que presidió la recién abdicada reina. Obras de Rembrandt dominan esta exposición, aunque también podemos disfrutar obras de autores nacionales, o frecuentes exposiciones temporales más internacionales.
· Otro museo que goza de fama internacional es el de Van Gogh, natural de la ciudad. Autor destacado del impresionismo del siglo XIX. Las obras más famosas del que cortó su oreja están todas reunidas en esta pinacoteca.
· Por último, cabe destacar el de Ana Frank. La chica cuya biografía es de las más famosas y más traducidas de la literatura, tiene en Amsterdam un homenaje a su vida.

Callejeando.

Otra visita recomendable para la capital neerlandesa es recorrer las estrechas callejuelas, cruzando los puentes por encima de los canales. De hecho, merece la pena subirse en un barco para recorrerlos. La vista a ras del agua de los antiguos edificios de ladrillo es preciosa.

A las afueras, a parte de más canales de agua, nos encontramos otra estampa típica de Holanda: los molinos. También nos damos cuenta de la fuerte inmigración, sobre todo árabe (Turquía predominantemente). El choque entre culturas llena de encanto el extrarradio. Es recomendable ver el Amsterdam Arena, el estadio del Ajax, equipo de la ciudad.

Tabúes.

Y no podemos irnos de Amsterdam sin probar, o al menos conocer, la famosa libertad que se dice que se puede disfrutar aquí.
Leyes bastante tolerantes con el consumo de cannabis es uno de los principales atractivos. Se intentó cambiar la ley, pero aún permanece la que permite a cualquier mayor de edad comprar marihuana, en pequeñas cantidades, para el consumo personal en los llamados coffeshops. En estos lugares la gente se reúne para fumar (solamente marihuana, pues el tabaco esta prohibido), pero más que como un acto marginal de consumo de drogas, es una reunión social, como ir de sidras a Gascona.
Aunque uno no tenga este hábito o no vea con buenos ojos que sea legal consumir cannabis, es algo que merece la pena ver. Entrar en un coffeshop, bares con bastante buen ambiente, y tomarse una cerveza holandesa bien fría encima de un canal es algo que no tiene nada que ver con las drogas. En esta ciudad lo que uno no debe ser es escéptico. Además estos locales suelen tener emplazamientos idóneos para sentirse parte de una de las ciudades europeas más abiertas e internacionales.

El distrito rojo.

Por último cabe nombrar el barrio rojo. Todo el mundo lo conoce por ser el lugar en el que podemos ver prostitutas en escaparates invitándote a disfrutar con ellas. Habrá a quien le haga gracia, quien lo vea algo obsceno... No se escapa de ser más que un mero atractivo inofensivo de la ciudad. No es más que un espectáculo erótico que no ofende a nadie. Hay que verlo con humor. Incluso el que quiera puede pasar un buen rato... Este distrito es uno de los mejor emplazados; separadas una calles de otras por canales, vemos en apenas unas manzanas todo lo que es Amsterdam. Carriles bici, edificios antiguos... Es mucho más que el "barrio rojo".


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