La libertad de Amsterdam.
Si por algo es famosa la capital holandesa es por su libertad, el consumo de drogas de forma legal, la prostitutas en los escaparates, la fiesta... Pero Amsterdam es mucho más que eso. La ciudad de los canales tiene mucho que mostrar.
En el centro.
Cumpliendo con el tópico holandés de las vistosas plantas, en pleno centro de Amsterdam podemos gozar del mercado de las flores, siendo el protagonista el tulipán. Adorna todas las esquinas, todas las calles, todas las rotondas de la ciudad. El souvenir por excelencia es el bulbo de esta planta para plantarlos en casa.Recorriendo estas calles abarrotadas terminados por desembocar en la Dom Platz (la plaza mayor de la capital). La catedral, de estilo neogótico, domina la plaza, pero esta está rodeada de los edificios más ostentosos y de mayor tamaño. De noche, los focos que iluminan la zona la llenan de encanto. Si salimos de esta plaza hacia la estación central, empezamos a ver los canales, artificiales, que caracterizan Amsterdam. En este calle empezamos a ver algunos otros tópicos de aquí, como el Museo del Sexo.
Museo tras museo.
Los museos son otro fuerte de la ciudad.· El Rijks Museum, el más famoso de la ciudad, fue el último acto social que presidió la recién abdicada reina. Obras de Rembrandt dominan esta exposición, aunque también podemos disfrutar obras de autores nacionales, o frecuentes exposiciones temporales más internacionales.
· Otro museo que goza de fama internacional es el de Van Gogh, natural de la ciudad. Autor destacado del impresionismo del siglo XIX. Las obras más famosas del que cortó su oreja están todas reunidas en esta pinacoteca.
· Por último, cabe destacar el de Ana Frank. La chica cuya biografía es de las más famosas y más traducidas de la literatura, tiene en Amsterdam un homenaje a su vida.
Callejeando.
Tabúes.
Aunque uno no tenga este hábito o no vea con buenos ojos que sea legal consumir cannabis, es algo que merece la pena ver. Entrar en un coffeshop, bares con bastante buen ambiente, y tomarse una cerveza holandesa bien fría encima de un canal es algo que no tiene nada que ver con las drogas. En esta ciudad lo que uno no debe ser es escéptico. Además estos locales suelen tener emplazamientos idóneos para sentirse parte de una de las ciudades europeas más abiertas e internacionales.
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